viernes, 10 de enero de 2014

¿Quién fue María Agustín?

Todos hemos paseado alguna vez por este paseo zaragozano que abarca desde la puerta del Carmen hasta la Plaza Europa, el Paseo María Agustín. Pero, ¿quien fue esta mujer que da nombre a un amplio paseo de la ciudad? Pues fue una heroína de los Sitios de Zaragoza, cuya leyenda se forjó precisamente en las inmediaciones de la Puerta del Carmen.

Una pequeña biografía en el libro Cuadernos de Aragón, publicada por Nuria Marín, nos recuerda a esta brava zaragozana.

“María Agustín nació el 13 de Abril de 1784. Hija de Antonio, natural de Bádenas, y de Catalina, nacida en Rueda de Jalón. Matrimonio de extracción muy humilde, afincado en la parroquia de San Gil donde bautizaron a María, su única hija.
A muy corta edad, la economía familiar la obliga a buscar techo y comida, a cambio de sus servicios, en una casa de la populosa barriada de San Pablo, donde conocerá a Pedro Roncal, mozo quien, al igual que ella, trabaja en calidad de criado.
El 12 de mayo de 1805, Pedro y María contraen matrimonio, instalándose en una casa de la calle Serón (Parroquia de San Gil), donde les sobrevendrán los terribles acontecimientos de la guerra.
Durante la misma, en el primer sitio, María participa activamente en labores de logística, abasteciendo a los patriotas, en los puestos de combate, de munición, comida, bebida y cuanto pudieran precisar. Será ejerciendo estas tareas y sobrepasando La Puerta del Carmen (en lo que hoy conocemos como Paseo de Mª Agustín) donde recibirá una herida en el cuello, de graves consecuencias. Ni el dolor ni la abundante sangre que manaba de su herida fueron motivo suficiente para hacer desistir de sus obligaciones a la joven heroína que continuó su cometido con admirable valentía.
Nada volvemos a saber de ella hasta localizarla entre las aspirantes a un dinero que el Secretario de la Embajada Británica, Mr. Charles Vaughan, lega a la condesa de Bureta para que esta, a su vez, lo distribuya entre los heridos, viudas y huérfanos de la guerra. En este documento, figura, entre una interminable lista, María Agustín, impedida de un balazo. El reparto se hace mediante un escrupuloso sorteo en el que María no resulta afortunada.
Será el general Palafox, en 1815, quien, atendiendo a los servicios prestados, le concederá la gracia de una pensión, consistente en dos reales diarios, y el Escudo de Distinción, concerniente al primer sitio. Añadamos a lo expuesto que, María Agustín, fue la única zaragozana inválida de guerra o «impedida de un balazo». La bala que le alcanzó el cuello le dejó inútil el brazo izquierdo, quedando, por tanto, inhabilitada para el trabajo.
En 1819, tras una larga enfermedad, muere Pedro Roncal. Pasados seis años, María contrae segundas nupcias, esta vez con Antonio Guisan. Ambos se trasladan a la Torre de Postas de Alagón, donde se les proporciona trabajo y alojamiento. Será este su último destino, ya que, María, fallece, con más pena que gloria, un 22 de noviembre de 1831, a la edad de 48 años. Su partida de defunción, dice, entre otras cosas: «No dejó hijos, no hizo testamento; enterrada como pobre de solemnidad en el fosal de San Pablo»”.
Puerta del Carmen, donde se forjó la leyenda de María Agustín

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